Presentación


"No hay nada como una pandemia para resaltar la insuficiencia de los mercados para enfrentar problemas de acción colectiva y la importancia de la capacidad del estado para responder a las crisis y proteger a las personas"
Dani Rodrik


Enfoques doctrinales con alguna incidencia reciente en Iberoamérica han señalado, en un tono de profundo escepticismo, que «la mejor política industrial es la que no existe». Casi al mismo tiempo, posiciones ortodoxas que también han hecho carrera en la región, solo se han atrevido a admitir, en un tono de aparente pragmatismo, que «la mejor política industrial es simplemente una buena política macroeconómica».

Nuestro equipo en el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo se aparta de estas visiones que encuentran poco sustento en la realidad empresarial de los países.

Para nosotros es evidente que la mejor política industrial no es otra cosa distinta a una verdadera política pública de desarrollo productivo, entendida esta como la acción decidida para resolver las fallas de gobierno y de mercado, así como dificultades de coordinación entre los agentes públicos y/o privados. Esta política, además, fortalece su legitimidad y continuidad en la construcción de un enfoque, unas estrategias y unos programas, a partir de las consultas con los agentes centrales del desarrollo productivo: los emprendedores y empresarios de todos los tamaños, en todas las regiones del país.

Por esta razón, desde que asumimos las tareas de este Ministerio al servicio de la industria, los servicios y el comercio, emprendimos con toda convicción acciones inmediatas para contribuir a cimentar sobre bases firmes los principios de legalidad, emprendimiento y equidad que nos ha señalado el Presidente Iván Duque Márquez, en el marco de los contenidos del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 «Pacto por Colombia, pacto por la equidad», que constituye el rumbo claro y preciso del actual Gobierno.

Seis son los ejes transversales de nuestra política industrial, hoy en plena marcha. El emprendimiento y la formalización constituyen la base sobre la cual se fundamenta la estrategia para favorecer el crecimiento empresarial dinámico y sostenido. La productividad —el bien más escaso en el crecimiento económico del país en los últimos quince años— constituye la tarea central de las empresas para enfrentar su perdurabilidad en el mercado interno y avanzar con éxito hacia los mercados internacionales. La innovación se convierte en la plataforma de lanzamiento hacia una nueva dinámica productiva en el contexto de la cuarta revolución industrial en que ya estamos inmersos. La inversión y las exportaciones deberán ser los motores de las nuevas fuentes de crecimiento sectorial, entre ellas la economía naranja —que es la gran apuesta del Plan de Desarrollo— y el turismo, que avanza hacia su consolidación, pese a los desafíos coyunturales que enfrenta el sector. Las acciones sobre el entorno competitivo, en particular sobre aquellos trámites y procesos que acercan o distancian al empresario con el Estado, representan el marco necesario para completar las intervenciones de nuestra política de desarrollo productivo. Finalmente, el financiamiento empresarial, eje en el cual la banca nacional de desarrollo debe generar sinergias con intermediarios financieros tradicionales y no tradicionales y asumir un rol contracíclico que se materializa en el diseño y la implementación de instrumentos orientados a resolver problemáticas específicas de empresas de todos los tamaños.

En todas estas dimensiones estamos desarrollando iniciativas que contribuyen a crear condiciones habilitantes para tener más y mejores empresas en el país, e incluso algunas de ellas —como las acciones directas en materia de innovación y productividad— buscan acelerar el crecimiento empresarial y su desarrollo competitivo.

La apuesta por el enfoque territorial de nuestra política industrial se nutrió de amplias consultas con empresarios y expertos en los escenarios del Consejo Consultivo de Desarrollo Empresarial y de las Comisiones Regionales de Competitividad e Innovación en los diversos territorios del país, al tiempo que su énfasis transversal en el crecimiento verde y el interés colectivo se cimentó en nuestra profunda convicción de que no solo es posible sino necesario avanzar hacia un enfoque de sostenibilidad, como sello distintivo de las nuevas estrategias productivas.

Para quienes tenemos la convicción de que el servicio público es un ejercicio cotidiano orientado por la ética del bien común, adquiere pleno sentido ofrecer una rendición de cuentas de nuestras acciones en marcha en el marco de una política moderna de desarrollo productivo. Se trata, en todo caso, de una política en pleno avance que construye sobre lo construido que se afianza en la presente coyuntura y se despliega cada día para impulsar el emprendimiento, la innovación, la productividad y la inserción del país en cadenas globales de valor, como base de una mayor equidad e inclusión social.

José Manuel Restrepo Abondano
Ministro de Comercio, Industria y Turismo

Saúl Pineda Hoyos
Viceministro de Desarrollo Empresarial

 

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