Colombia ha venido consolidando una amplia oferta de servicios de apoyo al emprendimiento, a través de distintas entidades tanto del orden nacional como regional, que han diseñado e implementado iniciativas de diversa naturaleza.
Sin embargo, la alta dispersión de los programas de apoyo ofrecidos, sumada a la débil coordinación y diferenciación de roles entre entidades que hacen parte del ecosistema de emprendimiento, ha generado desatención de algunos segmentos específicos de emprendedores, duplicidad de esfuerzos y limitaciones en el impacto de algunas iniciativas.
Desde la perspectiva de los emprendedores colombianos, se evidencian desafíos para lograr que las empresas nacientes sobrevivan al denominado «valle de la muerte»
[1], teniendo en cuenta que dos tercios de las empresas en etapa temprana no logran existir por más de cuarenta y dos meses (GEM Colombia, 2018).
A los desafíos de sostenibilidad de los emprendimientos, se suman aquellos retos relacionados con el proceso de formalización de las empresas.
La informalidad es un fenómeno amplio y multidimensional, que debe entenderse como un proceso y no un estado binario (De Soto, 1989). Dentro de estas dimensiones se contemplan aspectos tributarios, de entrada, de producción y de insumos (Conpes 3956 de 2019).
En este sentido, es necesario consolidar una oferta de apoyo a la formalización que le permita a las empresas avanzar en el cumplimiento de requisitos legales, al mismo tiempo que fortalecen sus capacidades productivas.
De otro lado, la actual Política busca definir acciones que permitan apoyar, de manera eficiente, distintos tipos de emprendimientos, incrementar los niveles de formalización y generar alternativas para una mayor inclusión de la población colombiana en circuitos económicos locales.
En este contexto, propenderemos por la organización de la oferta de servicios de apoyo a los emprendedores, de tal forma que se logre un acceso real, pertinente y descentralizado.
Disminuiremos los altos costos y tiempos asociados al proceso de creación de empresas en Colombia con el fin de volver este proceso menos complejo y lento. Esto no solo implica facilitación desde la óptica del registro mercantil, sino también en materia tributaria, de seguridad social y de ordenamiento territorial.
Escalaremos y fortaleceremos metodologías e intervenciones orientadas a apoyar a empresarios en sus primeros pasos hacia la formalidad, acompañando siempre este proceso con estrategias de desarrollo empresarial.
Atenderemos de manera prioritaria y diferenciada aquellos emprendimientos de alto impacto, entendiendo la importancia de este segmento en el desarrollo económico del país.
Promoveremos activamente la cultura del emprendimiento y exaltaremos el importante rol que cumplen los empresarios en la sociedad.
Por último, apoyaremos técnica y financieramente micronegocios, incluyendo un enfoque especial para los segmentos de población más vulnerables, en su proceso de inserción en los circuitos económicos locales y nacionales.